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Cómo promover la cicatrización de heridas después de una cirugía eligiendo el apósito adecuado
Tiempo:Nov 16, 2021
La limpieza de las heridas y la aplicación de apósitos adecuados según las fases de la herida constituyen una importante línea de defensa contra las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ), una complicación grave que afecta a millones de pacientes cada año. Los apósitos no solo actúan como una barrera física para evitar la contaminación de la herida, sino que también pueden contribuir activamente al proceso de cicatrización.

Es difícil encontrar algo más vital para la humanidad que curar y vendar una herida, un arte médico que se remonta a la antigüedad. En uno de los textos médicos más antiguos, una tablilla de arcilla que data del 2200 a. C., el vendaje de heridas («hacer los apósitos») se describe como uno de los «tres gestos de curación», junto con lavar las heridas y vendarlas1. Nuestros antepasados usaban mezclas de barro o arcilla, plantas y hierbas para proteger las heridas y absorber los exudados. El aceite era un ingrediente clave en estos apósitos, ya que evitaba que se adhirieran a la herida y ralentizaba el crecimiento bacteriano. Ahora, más de cuatro milenios después, utilizamos materiales de apósito más avanzados, pero el objetivo sigue siendo el mismo: acelerar la curación de las heridas, evitar infecciones y, si se producen, controlarlas, especialmente después de una cirugía.

Sin embargo, incluso con los grandes avances de la medicina moderna, las infecciones asociadas a la atención médica (IAAS) más comunes siguen siendo las infecciones del sitio quirúrgico (ISQ). Millones de pacientes en todo el mundo sufren cada año ISQ, que ponen en peligro su vida, prolongan las estancias hospitalarias, aumentan los costos y contribuyen a la propagación de la resistencia a los antibióticos. Las infecciones de las heridas quirúrgicas pueden causar daños graves, dificultando la cicatrización y provocando una mortalidad y morbilidad significativas. La mayoría de las ISQ son causadas por bacterias de la flora cutánea que rodea la incisión quirúrgica, como Staphylococcus aureus, Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y Pseudomonas aeruginosa. Por lo tanto, las medidas postoperatorias, como el vendaje adecuado del sitio quirúrgico, son cruciales para favorecer la cicatrización y prevenir las ISQ.


Cicatrización de heridas: un proceso complejo y multifactorial

Al cerrar las incisiones quirúrgicas, los cirujanos suelen aplicar un apósito estéril. Este material proporciona una barrera bacteriana hasta que se produce la reepitelización fisiológica. El apósito suele dejarse colocado de 24 a 48 horas, a menos que se produzca un drenaje o sangrado significativo en la zona. En general, esta fase postoperatoria temprana es crucial para la cicatrización de las heridas, un proceso altamente regulado que requiere la estrecha interacción de numerosos factores, como las citocinas, los factores de crecimiento, la sangre y la matriz extracelular, para restaurar la piel lesionada.

Los apósitos modernos para heridas quirúrgicas interactúan con el proceso de curación.

Según el tipo de herida, elegir un apósito quirúrgico con características ideales de protección de barrera es prioritario para evitar la ISQ. Sin embargo, no existen recomendaciones estandarizadas sobre el mejor tipo de apósito posquirúrgico. Actualmente, existen más de 3000 tipos de apósitos disponibles en el mercado, lo que ofrece a los cirujanos la posibilidad de elegir el apósito más adecuado según el tipo de herida.

Además, los apósitos modernos pueden hacer mucho más que simplemente cubrir la herida: también pueden influir positivamente en el proceso de cicatrización. Por lo tanto, deben cumplir varios requisitos, entre ellos:

*dando protección contra infecciones bacterianas
*Ser estéril, no tóxico y no alérgico.
*proporcionar y mantener un ambiente húmedo
*eliminar el exudado excesivo
*mejora la migración epidérmica, promoviendo la angiogénesis y la síntesis de tejido conectivo
*permitir el intercambio de gases entre la herida y el medio ambiente
*mantener una temperatura adecuada del tejido para favorecer el flujo sanguíneo
*evitando que se adhiera a la herida y siendo fácil de quitar después de la curación
*proporciona una acción de desbridamiento para mejorar la migración de leucocitos
*y aliviar el dolor.

Los apósitos suelen estar fabricados con polímeros sintéticos y se pueden clasificar en productos pasivos, interactivos y bioactivos:

Los productos pasivos, como los apósitos de gasa*, son altamente permeables, no oclusivos y simplemente cubren la herida.

Los apósitos interactivos crean un ambiente húmedo, son semioclusivos u oclusivos y favorecen activamente la cicatrización de las heridas. Los apósitos de película, espuma, hidrogel, hidrocoloides y alginatos pertenecen a esta categoría. Los apósitos de fibra hidroactiva, fabricados con fibras de celulosa, reducen el riesgo de maceración al retener eficazmente el exudado, los residuos y las bacterias de la herida. Los apósitos de película de poliuretano transparente permiten una fácil monitorización de las heridas quirúrgicas, a la vez que protegen el tejido epitelial fresco de factores externos como microbios y líquidos.

Los apósitos bioactivos se producen a partir de materiales biocompatibles y biodegradables como la biocelulosa, que son importantes para el proceso de curación.

Los apósitos antimicrobianos para heridas pueden ayudar a reducir la colonización bacteriana y minimizar la incidencia de infecciones. En ocasiones, también se incluyen factores de crecimiento y enzimas para favorecer los procesos de reparación y promover el desbridamiento del tejido necrótico, respectivamente. El desbridamiento mecánico también es un componente clave del tratamiento de heridas, ya que permite la eliminación de residuos, esfacelos, células senescentes y biopelícula, preparando el lecho de la herida para la reepitelización. De hecho, mantener la herida limpia y libre de residuos es crucial para prevenir el desarrollo de ISS.

En caso de heridas con alto exudado, los apósitos superabsorbentes representan una opción muy valiosa, ya que absorben el exceso de líquido. Esto es especialmente importante en el tratamiento de heridas crónicas. La terapia de presión negativa (TPN) también es una modalidad de tratamiento popular tanto para heridas agudas como crónicas. Los sistemas de TPN aplican presión subatmosférica a la herida, lo que mejora su cicatrización.
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